Reflexiones de Ricardo Lorenzetti: crisis ambiental global y el llamado a un nuevo modelo

El ministro de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, brindó una conferencia en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata, ante una multitud de estudiantes, abogados, jueces y autoridades locales. En su disertación, Lorenzetti reflexionó sobre la “crisis de gobernabilidad global” y declaró que “nos encontramos en el fin de ciclo de un modelo que está cayendo”. Con una mirada crítica, instó a la sociedad a avanzar hacia “un nuevo modelo social, económico y ambiental”.

La conferencia, titulada “La crisis, la desilusión y el nuevo idealismo”, dejó en claro que su enfoque trascendió los aspectos técnicos del derecho para adentrarse en un análisis social y filosófico del presente. Lorenzetti describió un periodo de “desilusión generalizada” en el que las personas se sienten cada vez más “solas y desmotivadas”, sumergiéndose en sus dispositivos móviles, mientras el mundo sigue cambiando rápidamente a su alrededor.

Un modelo agotado: el fin de una era de 250 años

Para Lorenzetti, el modelo actual, que inició hace más de dos siglos con la Revolución Industrial, está llegando a su fin. “Estamos viviendo el fin de un modelo de 250 años que comenzó con la Revolución Industrial”, señaló el ministro. "Este modelo, que privilegia la explotación de recursos y la expansión económica a toda costa, se encuentra agotado", aseveró.

Ricardo Lorenzetti en la conferencia de Mar del Plata.

Lorenzetti también abordó la crisis medioambiental como uno de los problemas centrales de este fin de ciclo. Con énfasis, advirtió sobre las consecuencias del deterioro ambiental y dijo: “Si no actuamos, vamos hacia un colapso. La naturaleza está enojada”. Señaló que la crisis ambiental no es solo una cuestión ecológica, sino una manifestación de un sistema que, en su afán de desarrollo, ha ignorado los límites del planeta.

La tecnología y el temor al futuro incierto

La tecnología, y en particular la inteligencia artificial (IA), fue otro de los temas que generaron preocupación en el discurso de Lorenzetti. “La evolución se da por saltos. Esto provoca una incertidumbre generalizada, porque nadie sabe hacia dónde vamos”, subrayó. Dijo que, si bien la tecnología ha traído avances sin precedentes, la falta de control humano sobre herramientas como la inteligencia artificial plantea un reto ético y práctico para la sociedad. “Nos sentimos cada vez más frágiles”, afirmó, reflejando el temor de un futuro en el que los avances tecnológicos puedan escapar del control humano y generar consecuencias indeseadas.

La fragmentación social y el desafío del consenso

Otro de los problemas que expuso el ministro fue la creciente fragmentación social. Lorenzetti explicó que el auge de “microidentidades” —grupos que defienden intereses específicos por sobre el bien común— está generando divisiones profundas en las sociedades contemporáneas. “En muchas partes del mundo, se presenta la imposibilidad de construir sociedades porque estas requieren un consenso sobre algunas cuestiones básicas, y las microidentidades lo destruyen”, analizó. Además, destacó que la política actual refleja esta fragmentación, evidenciando que “cada vez coincidimos menos en lo general”.

Lorenzetti considera que este fraccionamiento impide avanzar en soluciones integrales para los problemas globales y que es urgente volver a construir consensos sobre bases sólidas que permitan una convivencia en la diversidad.

La urgencia de un nuevo modelo

En este marco de fragmentación y crisis, Lorenzetti enfatizó la necesidad de adoptar un nuevo modelo económico, social y ambiental. “Somos la primera generación de la humanidad que entiende que estamos al límite”, advirtió, y añadió que “también somos la última que puede actuar, porque la próxima va a ser irreversible”. Con una advertencia clara, planteó que, de no cambiar el rumbo, “nos chocamos”.

Según Lorenzetti, el modelo actual de desarrollo es insostenible y propone un viraje hacia economías más sostenibles, basadas en energías renovables y producción de alimentos saludables, que ayuden a reducir el impacto ambiental y mejorar la calidad de vida de las personas.

Para él, este cambio no es solo económico, sino también social: es necesario adoptar un modelo basado en la cooperación y la participación, en contraposición a la lógica del individualismo extremo que, según él, no lleva a ningún lado. “Hay un nuevo modelo social basado en la cooperación y la participación”, explicó, en alusión a un cambio de mentalidad que impulse la colaboración por encima del beneficio individual.

El nuevo idealismo: un aprendizaje intergeneracional

Lorenzetti señaló que uno de los aspectos más innovadores de esta transición es la relación entre generaciones. “Es la primera vez que una generación le enseña a la anterior en cuanto al conocimiento técnico”, explicó, refiriéndose a la capacidad de los jóvenes para dominar las nuevas tecnologías. Sin embargo, aclaró que este conocimiento no es lo mismo que la sabiduría, y que los problemas humanos esenciales siguen siendo los mismos desde tiempos inmemoriales. “A pesar de todo, los problemas de la humanidad siguen siendo los mismos que presentaron Platón, Aristóteles o Shakespeare”, reflexionó, sugiriendo que el desafío es encontrar una síntesis entre el conocimiento técnico moderno y la sabiduría acumulada de siglos.

La responsabilidad de actuar ahora

En su discurso, Lorenzetti no solo ofreció un diagnóstico de la crisis actual, sino también una exhortación a la acción. Reiteró que “hay que actuar y hay que reclamar para que se actúe”. Su llamado aboga por un cambio de rumbo inmediato y contundente, no solo desde las políticas de Estado, sino también desde la sociedad civil.

En un contexto donde los modelos tradicionales ya no dan respuestas efectivas, su propuesta invita a un nuevo “idealismo” que impulse a los ciudadanos a reclamar un modelo que garantice la sostenibilidad y el bienestar de las futuras generaciones.

“Si seguimos con este modelo, nos chocamos”, insistió Lorenzetti, dejando en claro que el tiempo de actuar es ahora.