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Virales > En Reino Unido

Una mujer bostezó muy fuerte y casi muere: quedó con secuelas

Un bostezo extenso le provocó la fractura de dos vértebras cervicales y la compresión de su médula espinal, dejándola al borde de la muerte y con secuelas permanentes.

POR REDACCIÓN

Hace 9 horas
La fuerza de un bostezo resulta en una rara lesión espinal con secuelas permanentes. FOTO: Gentileza

Una mujer de 36 años, oriunda del Reino Unido, experimentó un evento médico potencialmente mortal tras realizar un bostezo de gran intensidad. El incidente, que ocurrió durante la rutina matutina, derivó en una fractura cervical que requirió intervención quirúrgica de urgencia y cuyas secuelas demandarán tratamiento farmacológico de por vida.

Según los informes, la paciente, Hayley Black, se encontraba en su domicilio cuando, al imitar el bostezo de su hija, sintió una sensación similar a una descarga eléctrica que la dejó parcialmente paralizada. Inmediatamente después, experimentó un dolor agudo y la pérdida de movilidad en el brazo derecho. Aunque inicialmente su esposo consideró que se trataba de una reacción exagerada, la gravedad de los síntomas llevó a solicitar asistencia médica.

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El traslado en ambulancia resultó extremadamente doloroso para la paciente, quien describió que cada movimiento o irregularidad en el camino le producía la sensación de que su columna vertebral se estaba fracturando. Tras su ingreso hospitalario, y luego de una evaluación inicial que no logró determinar la causa de su dolor, los exámenes médicos posteriores revelaron la rotura de dos vértebras cervicales. Los fragmentos óseos se habían desplazado hacia la médula espinal, comprimiéndola y generando el cuadro de dolor y parálisis.

El pronóstico médico fue reservado, con una probabilidad de supervivencia estimada en un 50%. La paciente fue sometida a una cirugía de urgencia para estabilizar la columna vertebral. La intervención fue exitosa, aunque el proceso de recuperación incluyó meses de rehabilitación, durante los cuales la paciente dependió de una silla de ruedas y tuvo que reaprender a caminar.

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Como consecuencia del evento, la paciente debe administrarse medicación diaria para controlar episodios de descargas eléctricas que recorren su columna hasta la cabeza, las cuales se presentan si omite el tratamiento. Además, ha desarrollado una ansiedad significativa asociada al acto de bostezar, intentando contenerlo para evitar desencadenar una reacción similar.

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