Un noveno individuo vinculado al homicidio del niño Emir Barboza, de siete años de edad, se entregó a las autoridades en la madrugada de este martes. El hecho introduce un nuevo desarrollo en la investigación del crimen que conmociona a la provincia, ocurrido hace cuatro semanas.
El implicado fue identificado como Uriel Rodríguez, un joven de 18 años oriundo del barrio Valle Grande. Según fuentes cercanas al caso, Rodríguez acudió por sus propios medios alrededor de las 5:40 horas a una dependencia policial, sin asistencia legal al momento de la rendición. Las mismas fuentes indican que su presunta participación estuvo relacionada con el tumulto y el enfrentamiento que derivó en la muerte del menor.
Por disposición judicial, Uriel Rodríguez quedó aprehendido de manera preventiva en la Comisaría 38va. Su situación legal será formalizada en el transcurso de la mañana, con su traslado previsto a los tribunales para quedar oficialmente detenido.
Con esta incorporación, la nómina de sospechosos en el caso asciende a nueve personas. Siete de ellos, todos mayores de edad, se encuentran cumpliendo prisión preventiva. Se trata de Gabriel Jesús Orostizaga, Alan Juan Bazán, Dante Emanuel Carrizo, Gonzalo José David Santander, Hernán Ariel Carrizo, Cristian Daniel Guajardo y Jonathan Javier Carrizo. A ellos se suma un noveno imputado, un menor de edad identificado bajo las iniciales L.B.
El trágico episodio ocurrió durante la noche del lunes y la madrugada del martes de hace un mes. Los indicios recabados sugieren que una disputa entre grupos de vecinos rivales en el barrio Valle Grande escaló hasta desencadenar un cruce de disparos. Testimonios iniciales señalan que desde una vivienda específica, conocida como Casa 1 de la Manzana 23, se efectuaron numerosos disparos hacia la vía pública. Una de esas balas impactó en el pecho de Emir Barboza, quien en ese momento se encontraba jugando en las inmediaciones.
Un familiar, Roberto Barboza, trasladó al menor de urgencia al Hospital Marcial Quiroga. Emir ingresó a las 00:36 horas con un trauma de tórax por herida de arma de fuego, pero falleció minutos después a pesar de los esfuerzos médicos por salvar su vida. La autopsia, realizada por la médica legista Ana Bruna, constató una lesión de entrada de 1x1 centímetros en el tórax izquierdo, sin orificio de salida, lo que confirma que el proyectil quedó alojado en su cuerpo. El informe forense determinó que la muerte del niño fue prácticamente instantánea.