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Jabalíes en San Juan: por qué no se aplica la ley para frenar su avance
Aunque la legislación provincial prevé el control de especies exóticas invasoras como el jabalí, en San Juan no se implementan acciones concretas para detener su expansión.
El jabalí es hoy una de las especies invasoras más problemáticas de la Argentina. Introducido hace más de un siglo para la caza deportiva, con el tiempo escapó de los cotos privados y se expandió sin control generando estragos en el ambiente natural y productivo. Su comportamiento territorial, la ausencia de depredadores naturales y su impresionante capacidad reproductiva —hasta 28 crías por hembra por año— lo han transformado en una amenaza multidimensional.
Actualmente, esta especie ya ocupa más de 10 millones de hectáreas en el país. En zonas rurales de San Juan, como el departamento de Sarmiento, los productores alertaron sobre ataques a cultivos, daños al ganado y desplazamiento de fauna autóctona. Además, su presencia supone un riesgo concreto para la salud pública, ya que puede transmitir enfermedades como triquinosis, leptospirosis, fiebre aftosa y peste porcina africana. En este marco, vale recordar que en la provincia hay una ley que permite el control de especies exóticas invasoras, sin embargo, el problema sigue y no se aborda como corresponde.
Una polémica que costó un cargo
En marzo de este año, la problemática tomó estado público en San Juan luego de las declaraciones del entonces subsecretario de Conservación, Mario Santori, quien señaló la necesidad de habilitar la caza del jabalí como herramienta de control poblacional. “Es una especie invasora que representa una amenaza para la fauna nativa”, afirmó el funcionario. Sin embargo, la reacción institucional fue inmediata: la Secretaría de Ambiente desmintió la posibilidad de habilitar cotos de caza, y poco después, Santori fue removido de su cargo.
En un comunicado oficial, el organismo expresó: “Este Gobierno reafirma su compromiso con el cumplimiento de la legislación ambiental vigente y enfatiza que bajo ninguna circunstancia se promoverán acciones que vulneren las normativas establecidas”. Así, la discusión quedó congelada institucionalmente, pero lejos de resolverse.
La ley que ampara el control y no se cumple
Lo paradójico es que la propia legislación provincial contempla el control de especies exóticas invasoras. La Ley 606-L establece, en los objetivos generales, la preservación de la biodiversidad, la conservación de la fauna autóctona y la implementación de medidas frente a amenazas ambientales. Y en su Título VI, en el Capítulo II, se expresa sobre el “Control de especies perjudiciales”.
El Artículo 32 indica que la autoridad de aplicación (la secretaría de Ambiente), “desarrollará programas anuales de lucha contra las especies que declare perjudiciales”. El Artículo 33 establece la obligatoriedad del control en las áreas que se determinen, mientras que el 34 permite realizar acciones incluso en predios abandonados, sin autorización del propietario. Y el Artículo 35 manda a realizar estudios poblacionales y firmar convenios con instituciones públicas y privadas.
A pesar de este marco normativo claro, la Secretaría de Ambiente de San Juan no ha implementado ninguna estrategia concreta para controlar el avance del jabalí. “La ley prevé acciones que no se están cumpliendo, mientras el problema crece año tras año”, expresan los productores afectados. La omisión, además de preocupante, es legalmente cuestionable.
Otras provincias ya actúan
Mientras en San Juan reina la inacción, otras jurisdicciones del país ya tomaron medidas frente al crecimiento descontrolado del jabalí. Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y Entre Ríos, entre otras, han habilitado planes de control poblacional que incluyen la caza regulada, con el argumento de que se trata de una especie invasora que daña ecosistemas y afecta la producción agropecuaria.
En estos casos, se priorizó el control seguro y regulado, apelando a la urgencia del problema y la necesidad de actuar antes de que los daños sean irreversibles. “No se trata de permitir la caza indiscriminada, sino de aplicar estrategias de manejo responsable, con base científica y respeto por el ambiente”, señalan especialistas en conservación.
Una amenaza que no espera
Los expertos coinciden en que el jabalí ha dejado de ser simplemente un animal exótico: se ha convertido en un peligro ambiental, sanitario y económico. Su dieta omnívora, su capacidad de adaptación y su potencial destructivo lo hacen casi imposible de erradicar una vez que se establece en una zona. Si no se controla, avanza.
En San Juan, el crecimiento de su población ya se nota en zonas antes libres de su presencia. Distintos referentes en biología advirtieron que donde hay agua, alimento y refugio, va a instalarse este animal y que si el ambiente se achica, se desplaza.
La pregunta inevitable es: ¿por qué la Secretaría de Ambiente de San Juan no actúa conforme a la ley? ¿Qué intereses o temores impiden aplicar lo que está claramente previsto en la normativa vigente? ¿Cuánto más se esperará para tomar decisiones concretas mientras la amenaza avanza?
Conclusión: entre la ley y la omisión
El caso del jabalí en San Juan expone una contradicción preocupante: existe una ley que permite actuar, pero no se la aplica. La falta de medidas concretas no solo pone en riesgo la producción y la biodiversidad, sino también la credibilidad de las políticas ambientales. Mientras tanto, en los campos, sierras y zonas rurales de la provincia, el jabalí sigue avanzando sin freno. Y cada día que pasa sin respuesta, el problema se agrava.