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Comunidad > Unidos por el Agua

Más de 8 mil litros de agua y un grito unánime: "El acueducto Encón–Las Trancas debe construirse ya"

Este sábado 4 de octubre, la caravana "Unidos por el Agua" llegó  a la localidad de Las Trancas con todas las donaciones de las sanjuaninas que se solidarizaron con la causa: el agua para el territorio y las familias no puede esperar más.

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
La jornada del sábado no fue una excepción, sino una continuidad de un proceso de concientización colectiva. Fotos: Gabriel Flores DIARIO HUARPE.

“El acueducto Encón–Las Trancas no puede esperar más”, fue la consigna que resonó con fuerza este sábado 4 de octubre en el puesto de la familia Calderón, en Las Trancas. Allí, más de 100 personas de la comunidad y más de 50 voluntarios provenientes de distintos puntos de San Juan se unieron en una jornada tan solidaria como urgente.

La iniciativa “Unidos por el Agua”, impulsada por Diario Huarpe y más de 15 organizaciones sociales, instituciones y empresas, fue más que una campaña de recolección y entrega de agua: fue un grito colectivo de visibilidad y justicia para las comunidades rurales e indígenas del sureste sanjuanino, que desde hace años sobreviven en condiciones inhumanas por la falta de acceso al agua.

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La caravana solidaria recorrió casi 170 kilómetros desde la ciudad Capital para llegar a una zona que representa el rostro más crudo de la desertificación en la provincia. Una región donde la sequía no es una excepción, sino una rutina. Donde la ausencia de agua no solo mata lentamente al ecosistema, sino también a la dignidad de quienes lo habitan.

Una jornada para la memoria colectiva

Desde muy temprano, cerca de las 7 de la mañana, los voluntarios comenzaron a reunirse en el playón de la Escuela Industrial Sarmiento, cargando en sus vehículos el resultado de semanas de solidaridad: más de 8.000 litros de agua envasada, alimentos no perecederos, ropa y medicamentos.

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A las 8, la caravana partió hacia Las Trancas, haciendo una parada técnica en El Encón. A las 12, finalmente, el convoy arribó al corazón del territorio afectado, donde más de un centenar de habitantes esperaban con emoción y esperanza.

Allí no solo se entregaron las donaciones: cada organización desplegó su saber, su especialidad y su vocación para acompañar a las familias de manera integral.

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  • La Fundación Científica Odontológica Corazón de Jesús brindó charlas personales sobre higiene bucal a niños, revisó casos de fluorosis y repartió cepillos y pastas dentales.

  • La ONG Sala de Emergencia San Juan atendió a animales de granja y mascotas, explicó medidas de prevención ante enfermedades zoonóticas y distribuyó medicamentos antiparasitarios.

  • Estudiantes de la Escuela Industrial Sarmiento ofrecieron capacitaciones en potabilización de agua, elaboración de productos caseros y diagnóstico del territorio.

  • Y el Payaso Lunarcito regaló sonrisas y juguetes, dejando una huella imborrable en los más pequeños.

“Es la primera vez que estos niños y niñas ven un payaso en el territorio”, compartió conmovido Dalmiro Agüero, uno de los habitantes de la zona.

Subsistir sin agua: una injusticia prolongada

La situación que vive el sureste sanjuanino no es nueva, pero sí cada vez más crítica. Lo que alguna vez fue un ecosistema rico, con lagunas llenas de vida y campos fértiles, hoy es una postal de la desidia ambiental. Las Lagunas de Guanacache, reconocidas internacionalmente como uno de los 1.700 humedales más importantes del planeta, están en proceso de desertificación.

Josefina Calderón, joven habitante del lugar, lo explica con dolor: “Nuestros padres y abuelos nos cuentan que antes el agua del río corría libremente. Hoy todo está seco. Es inhumano lo que están haciendo con nosotros, con los animales y con la vegetación”.

El reclamo no es solo de los habitantes locales. Es de toda una red de organizaciones, profesionales, estudiantes y voluntarios que exigen una respuesta inmediata y definitiva: el acceso al agua debe garantizarse ya.

“Unidos por el Agua”: una campaña que es lucha y esperanza

Nacida como una respuesta ciudadana ante la postergación sistemática de estas comunidades, la campaña “Unidos por el Agua” ya no es solo una colecta. Es un símbolo de articulación social, de resistencia ambiental y de defensa de los derechos humanos.

“El agua es un derecho de la tierra y un derecho universal de los seres humanos”, expresó Nadia Aguirre, referente de la comunidad Huarpe Talquenca.

La jornada del sábado no fue una excepción, sino una continuidad de un proceso de concientización colectiva. Un proceso que visibiliza lo que sucede cuando se administra mal un recurso vital: los más vulnerables quedan olvidados, y los ecosistemas colapsan.

Desde las comunidades originarias hasta las organizaciones más diversas, el mensaje es claro: el agua no puede esperar más. No puede estar sujeta a la burocracia ni al desinterés. El acueducto Encón–Las Trancas es una deuda histórica, y su construcción debe ser prioritaria.

La fuerza de una red solidaria

La magnitud de lo logrado este sábado fue posible gracias a una red diversa y comprometida. Miles de sanjuaninos acercaron sus donaciones a los 15 puntos de acopio. Empresas como Tankito, Santa Clara, Graziani y la sanjuanina VFG, pusieron a disposición sus recursos logísticos y productivos para trasladar el agua.

Y esta semana, el testimonio vivo de esta acción será compartido con toda la provincia a través de un programa especial del Grupo Huarpe, que se emitirá por el canal de YouTube y la señal abierta 19.2 de TDA.

El derecho a vivir dignamente

En Las Trancas, la vida persiste. Los niños ríen, las familias se abrazan, los animales sobreviven. Pero no es suficiente. Subsistir no es vivir. Y nadie debería acostumbrarse a la ausencia de lo esencial.

El derecho al agua no es negociable y no puede seguir esperando. Cada día que pasa sin agua potable es una herida abierta en el cuerpo de San Juan. Y ya son demasiadas.

“Unidos por el Agua” fue, es y será un llamado a la conciencia colectiva. Porque donde hay agua, hay vida. Y donde hay vida, debe haber dignidad.

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