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Las emotivas imágenes del último adiós a Miguel Ángel Russo en la Bombonera
El féretro del histórico entrenador fue trasladado al cementerio de Pilar para su cremación, en medio de un aplauso cerrado y cánticos que resumieron el amor eterno del hincha.
POR REDACCIÓN
El silencio respetuoso que se apoderó de la Bombonera fue tan elocuente como los cánticos que lo rompieron por momentos. Pasadas las 10:15 de la mañana de este viernes, el coche fúnebre que trasladaba los restos de Miguel Ángel Russo partió del estadio de Boca Juniors rumbo al cementerio de Pilar, donde será cremado. Así concluyó un velatorio multitudinario, cargado de emoción, que unió al fútbol argentino en una misma despedida.
Desde muy temprano, una marea de hinchas se congregó en Brandsen 805 para decir adiós al técnico que marcó una época en el club. “Lo que hiciste por Boca no se olvida en la vida”, cantaban miles de simpatizantes, mientras el cortejo avanzaba lentamente entre banderas, lágrimas y aplausos que acompañaban el paso del féretro.
El velatorio, iniciado el jueves por la mañana, reunió a exjugadores, dirigentes, entrenadores y figuras del fútbol nacional. También se acercaron hinchas de otros equipos, un gesto que reflejó el respeto que Russo supo ganarse más allá de los colores.
El viernes amaneció con un clima de recogimiento. Aunque el club había previsto que el velatorio se extendiera hasta las 10, Boca decidió cerrar las puertas unos minutos antes para permitir una despedida íntima de la familia. Durante la madrugada, la institución compartió un emotivo mensaje en redes sociales, agradeciendo a los miles de hinchas que se acercaron a rendir homenaje.
El destino final de los restos de Russo será el cementerio de Pilar, donde se realizará la cremación. Según su deseo, parte de sus cenizas serán esparcidas en el Gigante de Arroyito, el estadio de Rosario Central, el club donde forjó su identidad futbolística y del que fue símbolo y campeón.
De este modo, Miguel Ángel Russo descansará entre sus dos grandes amores, Boca y Central, los escenarios donde alcanzó la gloria y dejó una huella indeleble.
El último adiós fue más que una ceremonia: fue un acto de amor colectivo que demostró cuánto significó su figura para el fútbol argentino.