Publicidad
Publicidad

Salud y Bienestar > Rendimiento

Por qué tu celular se vuelve lento con el tiempo y cómo evitarlo

El rendimiento de los celulares disminuye por diversos factores tecnológicos y físicos, pero con ciertos cuidados es posible prolongar su agilidad y evitar reemplazos prematuros.

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
La ralentización progresiva es parte natural del ciclo de vida de los dispositivos. Foto: Gentileza

Estrenar un teléfono móvil suele generar una experiencia rápida y fluida, pero con el paso de los meses o años, ese rendimiento puede disminuir considerablemente, lo que lleva a muchos usuarios a pensar en cambiar de dispositivo.

Este deterioro no responde a estrategias comerciales ni a fallas ocultas, sino que es consecuencia de varios factores relacionados con la tecnología, el desgaste físico y los hábitos de uso, que en conjunto afectan la velocidad del teléfono.

Publicidad

El almacenamiento interno es uno de los principales responsables. A medida que se instalan aplicaciones, se acumulan fotos, videos y archivos, y quedan datos residuales, la memoria se llena y el sistema dedica más recursos a gestionar este contenido, lo que ralentiza el funcionamiento general.

La buena noticia es que esta situación es reversible. Medidas como realizar un restablecimiento de fábrica permiten recuperar buena parte de la agilidad original del móvil.

Publicidad

Otro factor clave es la evolución constante de las aplicaciones y juegos. Aunque el hardware permanece igual, el software se actualiza con nuevas funciones que demandan más potencia. Esto provoca que el procesador no pueda ejecutar las apps con la misma fluidez que al principio.

Además, en dispositivos Android la política de actualizaciones influye notablemente. Muchos móviles reciben mejoras solo durante un tiempo limitado, y cuando estas cesan, el equipo deja de optimizarse con los ajustes que se aplican a modelos más recientes, lo que afecta su rendimiento.

Publicidad

El desgaste físico también juega su papel. La batería es el componente que primero muestra signos de envejecimiento, perdiendo capacidad para mantener la carga y generando más calor. Este calor perjudica el rendimiento porque obliga a los componentes internos a trabajar en condiciones menos óptimas.

Aunque el procesador y la memoria sufren un deterioro mínimo, el desgaste acumulado y el uso intensivo pueden hacer que el móvil se sienta más lento y con menor capacidad de respuesta.

Comprender estas causas permite tomar mejores decisiones para cuidar el dispositivo. Eliminar archivos y apps innecesarias, restaurar el móvil a sus valores de fábrica y mantenerlo actualizado mientras sea posible son prácticas fundamentales para extender su vida útil.

También es importante cuidar la batería evitando cargas completas frecuentes y no dejar que el nivel de energía baje al mínimo antes de recargar. Mantener la carga entre un 20% y un 80% ayuda a reducir el desgaste por ciclos extremos.

Utilizar cargadores originales y proteger el teléfono de temperaturas elevadas contribuye a preservar la batería. Las actualizaciones del sistema operativo y las aplicaciones también mejoran la eficiencia energética, favoreciendo un mejor rendimiento.

La ralentización progresiva es parte natural del ciclo de vida de los dispositivos. Sin embargo, con un mantenimiento adecuado y una gestión consciente de los recursos, es posible conservar un móvil ágil y eficiente, evitando renovaciones anticipadas y aprovechando al máximo el equipo.

Publicidad
Publicidad
Más Leídas
Publicidad
Publicidad

ÚLTIMAS NOTICIAS