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"Chiqui Tapia botón": la bronca de la gente contra el sanjuanino en un recital de Calamaro
Durante el concierto de Andrés Calamaro, un sector del público irrumpió con el canto “Chiqui Tapia botón”, generando sorpresa en el Arena y viralización inmediata en redes. El episodio reflejó cómo la tensión del ambiente futbolero se cuela cada vez más en eventos masivos.
POR REDACCIÓN
La noche avanzaba con normalidad en el Arena, entre clásicos, ovaciones y el clima distendido propio de los recitales de Andrés Calamaro. Sin embargo, un episodio inesperado quebró por unos instantes la armonía del concierto y terminó convirtiéndose en uno de los momentos más comentados de la velada.
Mientras el músico desarrollaba su repertorio, una parte del público comenzó a entonar el canto “Chiqui Tapia botón”, una frase habitual del folclore futbolero dirigida al presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia. Lo que inicialmente pareció un grito aislado tomó fuerza en cuestión de segundos y se propagó por buena parte de las tribunas, generando un coro masivo que alteró por completo la energía del estadio.
La intensidad del cántico sorprendió incluso a los asistentes más acostumbrados a las expresiones espontáneas en shows multitudinarios. Aun así, Calamaro mantuvo la profesionalidad: no hizo referencia directa al episodio y continuó con el recital sin modificar el clima musical que había logrado construir.
A la salida del concierto, el episodio ya circulaba con fuerza en redes sociales. Videos filmados desde distintos sectores del Arena comenzaron a multiplicarse en plataformas como X e Instagram, donde el fragmento acumuló miles de reproducciones en pocas horas. La viralización abrió un nuevo capítulo en la conversación pública, evidenciando cómo los gestos masivos del público pueden trascender el contexto original y convertirse en materia de debate.
Aunque la presencia de cánticos futboleros en recitales es un fenómeno conocido dentro de la cultura argentina, la irrupción de un grito dirigido a Tapia en un show de Andrés Calamaro llamó particularmente la atención. El episodio volvió a poner en escena el clima de tensión que rodea a la dirigencia del fútbol local y mostró cómo esas tensiones están presentes incluso en espacios pensados para la celebración artística.
El concierto siguió su curso, pero la escena quedó instalada como una de las postales más resonantes de la noche: un cruce inesperado entre cultura popular, emoción colectiva y la siempre latente pasión futbolera.