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Comunidad > Acuerdo histórico en Sarmiento

Guanacache y Divisadero acordaron el reparto del agua y ahora van contra Provincia

Tras meses de disputa judicial por el reparto del caudal del Río del Agua, las dos comunidades vecinas del suroeste sanjuanino pactaron una distribución provisional equitativa y decidieron iniciar acciones conjuntas ante organismos del Estado.

Hace 2 horas
Lo que hace apenas semanas era un conflicto que dividía a dos pueblos, ahora se convirtió en un frente común que exige respuestas estructurales. 

Las comunidades de Guanacache y Divisadero, dos localidades del departamento Sarmiento que durante meses mantuvieron un enfrentamiento por el reparto del agua de riego, esta semana dieron un giro inesperado. Lo que comenzó como una disputa judicial —tramitada en los Autos N° 15967/25 ante el Juzgado de Paz — concluyó en un acuerdo privado firmado en el Centro Cultural de Media Agua, donde ambas partes, en presencia de concejales y funcionarios municipales, resolvieron dejar atrás las diferencias para avanzar en un reclamo conjunto al Estado provincial.

El conflicto había escalado a raíz de la distribución del escaso caudal del Río del Agua. Guanacache defendía un convenio histórico que le otorgaba el 70% del agua, mientras que Divisadero exigía un reparto igualitario por considerar obsoleto aquel acuerdo. Finalmente, y patrocinados por los abogados Martín Alejandro Mut Paton (Guanacache) y Jorge Luis González Narvaez (Divisadero), los vecinos firmaron una solución provisoria con proyección estructural.

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Mitad para cada uno: un pacto basado en el respeto

El acuerdo establece un reparto igualitario del escaso caudal del río: mitad para cada pueblo. La decisión se tomó como medida provisoria mientras se espera que el Departamento Hidráulica ejecute las obras necesarias para garantizar un suministro continuo y acorde a valores históricos.

La “cláusula de respeto mutuo” fue el punto central. Prevé que los celadores de hecho coordinen la distribución para asegurar que ambos distritos reciban agua de manera simultánea y sin interrupciones. Además, los regantes de Divisadero se comprometieron a no bajar las compuertas sin autorización y las comunidades intercambiaron números de teléfono para sostener la comunicación directa.

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Cada distrito se hará cargo del mantenimiento del tramo del cauce que atraviesa su territorio, una medida que busca evitar nuevos roces.

De la disputa interna al frente común contra el Estado

La principal novedad del acuerdo no es la distribución del agua, sino la decisión de conformar un frente común para denunciar irregularidades en la gestión del recurso. Ambos distritos solicitarán al Municipio de Sarmiento que interceda ante el Gobierno provincial para obtener asistencia urgente para la limpieza de nacederos, acequias y canaletas, además de la reapertura de los conductos que vinculan a ambas comunidades.

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También llevarán reclamos conjuntos a la Defensoría del Pueblo. Pedirán que se investigue:

  • El estado de abandono de la infraestructura hídrica.
  • La existencia de una toma o represa aguas arriba, cuya legalidad y volumen de extracción no están claros y que, según denuncian, estaría afectando el caudal que debería llegar a Divisadero, Guanacache y Pedernal.
  • La presentación de un amparo colectivo contra la Provincia y el Departamento Hidráulica para exigir obras y garantizar el suministro durante esta temporada.

 

Una crisis estructural que sale a la luz

El conflicto entre Guanacache y Divisadero expone un problema mayor: la falta de control y gestión integral del agua en Sarmiento. Mientras históricamente las tensiones se concentraban en las zonas bajas del departamento —donde se denunciaba que grandes emprendimientos agrícolas e industriales retenían el agua antes de llegar a las Lagunas de Guanacache—, ahora la disputa se trasladó a las zonas altas del cauce.

El Río del Agua nace en Los Sombreros, recorre Pedernal, atraviesa Divisadero, abastece a Guanacache y finalmente a los distritos aguas abajo. Pero la falta de impermeabilización de acequias, la pérdida de caudal y la ausencia de fiscalización del cauce han profundizado la crisis. Por eso, las dos comunidades coinciden en la necesidad urgente de relevar regantes y ejecutar obras que aseguren agua incluso para el ecosistema de las Lagunas de Guanacache, el humedal que es sitio Ramsar de relevancia internacional.

Hacia la homologación judicial y un horizonte común

Los vecinos ya solicitaron a sus abogados que presenten el acuerdo ante la Jueza de Paz para su homologación y así cerrar formalmente el expediente judicial. Pero el camino que se abre ahora es más complejo: lograr que el Estado provincial atienda su reclamo y gestione el agua de manera transparente, equitativa y eficiente.

Lo que hace apenas semanas era un conflicto que dividía a dos pueblos, ahora se convirtió en un frente común que exige respuestas estructurales. En un año marcado por la crisis hídrica, el pacto de Guanacache y Divisadero muestra que, ante la escasez, la unidad puede ser la herramienta más poderosa para reclamar un derecho esencial: el acceso al agua.

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