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A los pies de la Medalla Milagrosa las cenizas de los seres queridos
Miles de fieles participaron de la inauguración del nuevo cinerario en la Capilla San Juan María Vianney y luego acompañaron la masiva procesión de la Virgen de la Medalla Milagrosa, en una noche marcada por la devoción y la emoción colectiva.
Por Guillermo Mele
Una jornada de profunda fe y comunión se vivió en el corazón de la Zona Norte de Santa Lucía. El Santuario de la Medalla Milagrosa, Parroquia San Juan María Vianney, se convirtió en el epicentro de la esperanza con la inauguración de un emotivo Cinerario que ya es un símbolo de consuelo para la comunidad.
El acto de bendición fue presidido por el Intendente de Santa Lucía, Juan José Orrego, y el Párroco de la iglesia, quienes formalizaron la apertura de este nuevo espacio sagrado. Ubicado estratégicamente junto a la venerada imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa, el Cinerario permitirá a los fieles depositar las cenizas de sus seres queridos en un lugar de profundo significado espiritual.
El Intendente Orrego destacó el valor de esta iniciativa: “Este cinerario es un gesto de amor y un gran consuelo para tantas familias que desean dejar a sus difuntos al cuidado de la Virgen. Es un espacio que nos une como comunidad en la fe y la memoria.”
Para los feligreses, la posibilidad de dejar las cenizas "junto a los pies de la Madre de Dios" es un acto de entrega y paz. El espacio se concibe como un eterno regazo maternal, un lugar donde el dolor de la pérdida se mitiga con la certeza de la fe.
Tras la ceremonia inaugural y la bendición del cinerario, la jornada de celebración continuó con el rito central de la fe católica. La comunidad se trasladó al playón de la parroquia para participar de la Santa Misa.
Al finalizar la celebración litúrgica, alrededor de las 21, el clima de fe se trasladó a las calles aledañas a la capilla con la tradicional procesión. La columna de peregrinos avanzó lentamente por la Villa Marini, iluminada por faroles, globos amarillos, pañuelos blancos que flameaban con el paso de la imagen. Además, de rezos colectivos y cánticos religiosos marcaron el ritmo de la caminata. Entre aplausos y muestras de devoción, familias enteras acompañaron la imagen de la Virgen, dando color y fervor a una de las festividades más convocantes y emotivas del departamento.
Salud y agradecimiento, lo más pedido por los fieles
Con fe y devoción, los fieles de la Virgen de la Medalla Milagrosa se acercaron para pedir por salud, trabajo y, principalmente, para agradecer.
Juan, un devoto que aguardaba el inicio de la Santa Misa mientras sostenía una imagen de la Virgen, contó: “Vengo a agradecer. Soy de Mendoza y es la primera vez que participo de la procesión. Cuando me vine a vivir a San Juan, soñé con ella y desde ahí soy devoto”. A su lado, Roberto, un hombre mayor, agregó: “Vengo todos los años y gracias a ella pude hacerme un amigo de Mendoza”, dijo señalando al joven, con quien forjó un vínculo especial.
Por su parte, Susana expresó: “Siempre le pedimos salud. Somos devotos de toda la vida, así que la Medalla siempre nos cumple”. Ese también es el pedido de Nélida, quien desde hace nueve años participa de la novena: “Salud, trabajo y que esta situación mejore”.
A pocos metros, Victorina compartió su intención: “A la Virgen le pido, sobre todo, salud. Para mí, mi esposo, mis hijos… para mí también en particular. Es nuestra madre y vengo todos los años”, afirmó con emoción.